Estudiada desde hace miles de años, la Astrología es una ciencia humana que establece una correspondencia entre el hombre y su entorno (planetas, estrellas…).
Basada en innumerables observaciones hechas a partir de la más lejanas antigüedad, la Astrología permite determinar ciertas características psicológicas de un individuo en función de las posiciones de los planetas en el momento de su nacimiento.
La influencia de los planetas que veremos más adelante es de tres órdenes
Se ejerce según :
– sus posiciones en Signos
– sus posiciones en Casas
– los ángulos formados entre ellos, conocidos como Aspectos.
1) Astrología – Los Planetas en Signos :
Antes de abordar el estudio de esta influencia, nos dedicaremos, en primer lugar, a hacer una somera descripción de nuestro entorno. El sol gira (con un movimiento aparente) alrededor de la tierra, describiendo un círculo. Define así un plano llamado Plano de la Eclíptica.
A uno y otro lado de este plano, a lo largo de una anchura de 17 grados, se establece una banda llamado Zodíaco . Es en el interior de esta banda donde se efectúan los movimientos planetarios.
El Zodíaco se ha dividido en partes iguales de 30 grados, que corresponden a los signos astrológicos. El primer signo es el de Aries que inicia con el día del equinoccio de primavera.
A fin de situar mejor las posiciones de los planetas el día de su nacimiento, remítase a las página de Cálculos debajo de la Carta del Cielo. La posición de los planetas dentro de los signos permite definir el perfil psicológico de una persona (carácter, psiquismo…).
En resumen, podemos decir que todas las posiciones son definidas por un centro (la Tierra) y un circulo (el zodíaco).
Vamos ahora a abordar el Cálculo de las Casas y del Ascendente.
2) Astrología – Los Planetas en Casas :
Ya no se considera, aquí, a la tierra como el centro sino al mismo ser humano. A la hora del nacimiento, en un lugar dado, la línea formada por el Horizonte (línea que delimita la parte del cielo que nos resulta visible de aquella que es invisible) corta el plano de la Eclíptica en dos puntos, A y D.
El punto Este (A) es llamado Ascendente, el punto oeste (D) se llama Descendente. Otros dos , M y F, son definidos por la intersección de la vertical del lugar de nacimiento ( o meridiano) y del plano de la Eclíptica: el Medio del Cielo (M) o Cenit y el Fondo del Cielo (F) o Nadir.
Estos cuatro puntos esenciales en el tema dieron lugar mas adelante a una división de la Eclíptica en doce secciones diferentes, de extensión variable: las Casas . Estas casas siempre determinadas con respecto al zodíaco, rigen en Astrología los diferentes dominios relativos al destino humano.
Veamos que sectores le han sido atribuidos.
La Casa 1 o Ascendente, nos informa sobre la personalidad, la voluntad, pero también sobre el cuerpo, su constitución, la herencia. Esta casa, esencial en todo análisis astrológico, permite, gracias al estudio del signo donde se inicia y también gracias a los planetas que la ocupan, determinar las disposiciones del carácter.
La Casa 2 rige las Finanzas : el origen de las rentas, de los bienes, el presupuesto, las adquisiciones materiales etc…
La Casa 3 define la inteligencia, el espíritu práctico, e igualmente los desplazamientos, la comunicación, el entorno próximo (Hermanos, primos, vecinos…).
La Casa 4 o Fondo del Cielo, se relaciona con la familia, el hogar, los lugares de residencia, las propriedades, los bienes inmuebles, etc…
La Casa 5 nos informa sobre las relaciones sentimentales, el ocio, los placeres, pero también sobre los hijos, la creación.
La Casa 6 presenta un carácter de servicio, de obligaciones a nivel profesional (empleados, colaboradores, artesanos, comerciantes). Nos informa además, sobre la higiene, la salud.
La Casa 7 o Descendente, se refiere a las asociaciones, el matrimonio, los contratos, las relaciones (vida asociativa, social, mundana).
La Casan 8 rige lo invisible, lo misterioso, las crisis, pero tambien las herencias. Simboliza, igualmente, la sexualidad, las angustias, la idea que nos hacemos de la muerte.
La Casa 9 define la moralidad, el plano mental, filosófico. Nos informa sobre las cualidades des espíritu, indicando a la vez, nuestra relación con el extranjero y los viajes.
La Casa 10 o Medio del Cielo se refiere a la profesión, los honores, el poder. Simboliza el destino, la carrera profesional.
La Casa 11 se relaciona con la amistad, los proyectos, las esperanzas.
La Casa 12 tiene en cuenta las enemistades, las pruebas con las que uno puede encontrarse. Indica, del mismo modo, los sectores de actividad donde nuestra libertad de acción se encuentra restringida.
Nota : Precisamos que los planetas próximos del Ascendente o del Medio del Cielo, influyen notablemente en el carácter y juegan papel preponderante en cuanto al Destino.
3) Astrología – Los Aspectos :
Además de la posiciones planetarias así definidas en las Casas y los Signos, otro elemento interviene en Astrología: los ángulos formados entre los planetas, llamados Aspectos. Teniendo siempre en cuenta sus observaciones, los Antiguos establecieron la existencia, en el interior del círculo del Zodíaco, de unos ángulos que de acuerdo a su valor, resultaban ser de naturaleza ‘positiva, negativa o neutra’.
Los « Aspectos ‘positivos’ : » son el Trino (ángulo de más o menos 120 °) y el Sextil (60°).
Son considerados como benéficos, es decir, determinan ciertas facilidades o predisposiciones.
Los « Aspectos ‘negativos’ » son la Oposición (ángulo de más o menos 180°) y la Cuadratura (90°).
Son indicativos de dificultades que pueden encontrarse en ciertos terrenos (dificultades es preciso señalar, que no son en absoluto insuperables, pero que exigen un esfuerzo seguro).
Los « Aspectos ‘neutros’ » : La Conjunción: los planetas se encuentran separados de menos de 10 grados).
Es el resultado de la ‘fusión’ entre dos planetas, que de acuerdo a su naturaleza, definirán una corriente positiva o negativa, o tal vez ambas a un tiempo.
Encontrará usted la lista de los Aspectos en la página Cálculos debajo de la carta del Cielo.
Conclusión: La interpretación astrológica se efectúa, por tanto, a partir de las posiciones de los Planetas en signos, Casas, así como a partir de sus Aspectos. El estudio del Tema Astral por medio de la Informática permite, pues, esbozar la personalidad y la posibilidades de cada individuo. Abre una vía de información pero no tiene, en absoluto, la pretensión de reemplazar (al menos hoy en día) al Astrólogo, quien gracias al contacto humano y al intercambio de impresiones, tiene siempre la posibilidad de establecer un estudio mucho más completo.
Creación y evolución de la astrología: 4.000 años de historia de los horóscopos
Cada vez que la antigua Grecia es mencionada, mucha gente piensa de forma automática en la democracia, los Juegos Olímpicos, la mitología, la filosofía, la tecnología y diferentes ciencias como las matemáticas y la astronomía. Muy pocos son conscientes de que los antiguos griegos, a pesar de su pensamiento lógico, también eran supersticiosos. Tal vez esto explique por qué los griegos crearon el sistema astrológico moderno, a pesar de que el primer sistema astrológico estructurado fue creado durante el segundo milenio a. C. en Babilonia.
Los griegos entran en contacto con la astrología
Los babilonios fueron el primer pueblo que sistemáticamente aplicó sus mitos a las constelaciones y la astrología, describiendo por primera vez los doce signos del zodiaco. Los egipcios les siguieron poco después refinando el sistema astrológico babilónico, aunque serían los griegos quienes lo desarrollaron hasta que alcanzó su forma moderna. Los griegos tomaron prestados algunos de los mitos babilónicos y añadieron otros tantos propios. De hecho, incluso el término astrología – al igual que la palabra que designa la ciencia de la astronomía– deriva del griego “aster”, que significa estrella. Pero, ¿cuándo y cómo entraron por primera vez en contacto los griegos con la astrología?
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Durante la conquista de Asia por parte de Alejandro Magno, los griegos acabaron siendo influidos por culturas hasta entonces desconocidas para ellos y por los conceptos cosmológicos de Siria, Babilonia, Persia y Asia central. Poco tiempo después, los griegos adoptaron la escritura cuneiforme como idioma internacional de comunicación académica, y con esta decisión también transfirieron la astrología del cuneiforme al griego.
En torno al año 280 a. C., Beroso, sacerdote babilónico de Bel, viajó hasta la isla griega de Cos, donde transmitió sus conocimientos astrológicos, así como la cultura babilónica, a las poblaciones locales. Ésta fue la primera vez en la que el universo de la astrología fue transferido oficialmente a la cultura helenística y al mundo occidental de Grecia y Egipto (bajo dominio griego por aquel entonces). Inicialmente, los griegos, conocidos por su forma lógica de pensar, se mostraron escépticos ante la astrología, planteándose muchas cuestiones respecto a ella, como por ejemplo por qué los animales no eran gobernados por las mismas energías cósmicas que los seres humanos.
A lo largo del siglo I a. C. existían dos tipos de astrología: uno que requería la lectura de horóscopos para conocer detalles precisos sobre el pasado, presente y futuro, y un segundo centrado en la elevación del espíritu humano hacia las estrellas y la búsqueda del sentido de la existencia en el cielo. En otras palabras, los griegos trataron de comprender el comportamiento humano individual y global a través de la influencia de los planetas y otros cuerpos celestes, mientras que había quien utilizaba la astrología como una forma de entrar en contacto con la divinidad.
El Zodíaco y las contribuciones de Ptolomeo a la tradición astrológica occidental
La astrología horoscópica apareció por primera vez en el Egipto helenístico. El texto griego más antiguo existente donde se utiliza la división babilónica del zodíaco en doce signos iguales de 30 grados es el conocido como Anaphoricus de Hipsicles de Alejandría, escrito en el año 190 a. C. Además, el “Zodiaco de Dendera” esculpido en piedra –un bajorrelieve hallado en el techo del pronaos de una capilla dedicada a Osiris del templo de Hathor en Dendera, que contiene imágenes de Tauro y Libra datadas en el año 50 a. C.– es la primera representación conocida del clásico zodiaco de doce signos.
El matemático, astrólogo y astrónomo griego Ptolomeo jugó un papel muy importante en el desarrollo de la astrología horoscópica occidental. Su obra Tetrabiblos sentó las bases de la tradición astrológica occidental. Ptolomeo explicó por primera vez detalladamente la función de planetas, casas y signos del Zodíaco, quedando establecida hasta tal punto que a día de hoy casi no ha habido variación al respecto. Ptolomeo vivió en el siglo II d. C., tres siglos después del descubrimiento de la precesión de los equinoccios por parte de Hiparco, que se produjo hacia el año 130 a. C.
Hiparco de Nicea fue un astrónomo, geógrafo y matemático griego al que se le atribuye la invención de la trigonometría, aunque sobre todo es recordado por su descubrimiento casual de la precesión de los equinoccios. Su obra perdida sobre la precesión, sin embargo, pasó desapercibida hasta que fue mencionada por Ptolomeo. Por otra parte, Ptolomeo explica decisivamente la base teórica del Zodiaco occidental como un sistema tropical de coordenadas por el cual el Zodiaco se alinea con equinoccios y solsticios, más que con las constelaciones visibles que dan nombre a los signos del Zodiaco.
Antíoco de Atenas y Doroteo de Sidón
Otros dos astrólogos muy significativos, que con sus obras contribuyeron a la evolución de la astrología occidental, fueron sin lugar a dudas Antíoco de Atenas y Doroteo de Sidón. Doroteo fue un astrólogo griego del primer siglo d. C. que vivió y trabajó en Alejandría al igual que Ptolomeo. Es recordado por haber escrito un poema didáctico sobre astrología horoscópica conocido como Pentateuco. El Pentateuco, un libro de texto sobre astrología helenística, ha llegado hasta nosotros principalmente a través de una traducción al árabe datada en torno al año 800 d. C. y realizada por Omar Tiberíades. El texto se ha conservado de forma fragmentada, por lo que no es del todo fidedigno y además se halla corrompido por las interpolaciones de traductores persas posteriores. Sin embargo, sigue siendo una de nuestras mejores fuentes a la hora de conocer la práctica de la astrología helenística, y fue una obra de gran influencia en los astrólogos cristianos, persas, y árabes, además de en los posteriores astrólogos medievales.
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Antíoco de Atenas fue otro importante astrólogo griego del mismo período helenístico. Suya es una de las más antiguas referencias a la recepción astrológica, y habla de las doce casas de la carta astral, los ortos y ocasos helíacos, y las Partes. A pesar del hecho de que la mayoría de sus escritos se ha perdido, algunos fragmentos y extractos muy importantes de su obra han sobrevivido, llegando hasta nosotros. Se le atribuye la escritura de las obras Thesaurus, Eisagogika (una introducción a la astrología) y también un calendario astrológico titulado Nacimientos y ocasos de las estrellas en los doce meses del año. Su inmensa influencia alcanzó a muchos de los escritores que le siguieron, como el neoplatónico Porfirio, quien se basa ampliamente en Antíoco para las definiciones de los términos técnicos utilizados por Ptolomeo en el Tetrabiblos, y Rhetorius de Egipto, aunque también hay un posterior ejemplar bizantino de su obra.
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